Por: Frank González Bolaños
«Ha sido difícil pero ya me voy acostumbrando, porque diay es un sueño que quiero lograr»
Cuando los sueños sobrepasan el dolor y los sacrificios, la historia de un joven que ha decidido darlo todo por una pasión. Hace 6 años jugaba con el equipo de su pueblo, Pueblo Nuevo de Cajón. Ahora es seleccionado nacional menor. Él es Josué Abarca. Un joven que definitivamente dejó a un lado todas las excusas y temores, para demostrar lo que realmente es trabajar por lo que se ama aunque solo cuente consigo mismo.
Siendo un «carajillo» pasaba desde las 8 de las mañana hasta las 8 de la noche jugando bola con los amigos del barrio, lo único que detenía estas «mejengas» era cuando uno por uno los iban llamando a sus respectivas casas para que fueran a comer. Una pasión que desde niño tenía y un deseo que fue tomando forma: superarse y demostrar todo su potencial como futbolista.
Corría el año 2011 y su equipo jugaba contra Pérez Zeledón, el atacante no se guardó nada y anotó unos cuantos goles. Llamó el interés del equipo rival, equipo donde al poco tiempo ya estaba entrenando. Pero no sólo llamó el interés de Pérez Zeledón. Tiempo después se realizaron unas pruebas regionales de la selección nacional en las cuales este atacante destacó y terminó siendo parte del equipo sub-13 de nuestro país.
Todo parecía de maravilla para Josué, pero su talento lo puso en la decisión más complicada que ha tenido que tomar. Su representante había hablado con el equipo de Carmelita y querían que Josué fuera parte de este equipo. Un joven de 13 años que dependía completamente de sus padres. Todos sus amigos y conocidos se quedaban en el camino. Una vez más sus sueños ganaron y tomó la decisión de viajar, sin importar el dolor que podría sentir. No sólo él si no todas las personas a su alrededor, al saber que pasaría esta parte de su vida lejos de su hogar.
«Al inicio yo quería jalar legalmente, extrañaba a mi familia y mi tierra. En ese entonces vivía en San Rafael de Alajuela con un compa del Liceo de Belén»
Sobreponiéndose a las dificultades de estar lejos de su familia, dividió su tiempo para el estudio y el deporte. Continuó jugando con Carmelita por aproximadamente 4 torneos donde captó la atención del entonces técnico del primer equipo, Guilherme Farinha.
Pero su trayectoria con la selección nacional también continuaba, a los 15 años de la mano de Pablo Saenz (director de selecciones menores) viajó hasta el «viejo continente». Aquí lo esperaban las inferiores del reconocido equipo portugués FC Porto. 15 días duró su estancia, Josué agradó en las pruebas que este club estaba realizando pero por su edad se le dificultó quedarse.
«Estuve ahí un tiempo, también tenía la oportunidad de ir a Qatar con una academia pero las fechas me quedaron juntas. Como solo tenía 15 no me pude quedar más pero ahí la opción todavía está, me gustaría tener 18 para poderme ir a Europa»
Cuando Guilherme Farinha pasó a ser técnico de la 
Universidad de Costa Rica, no dudó en reclutar a Josue en el primer equipo. Otro cambio para este futbolista quien ahora con 16 años se vio forzado a movilizarse a vivir al Carmen de Guadalupe.
Ese año fue agitado para Abarca, quien por su nuevo fichaje con la UCR y su convocatoria con la selección sub-17 nacional se vio obligado a abandonar décimo año. No titubeó en dejar gran parte de su vida social y acoplarse a nuevos hábitos.
«Yo casi no salgo, de la casa voy al entreno y del entreno a mi casa y así es. Cuando entreno con la Sele tengo que levantarme como a las 3 y algo porque donde vivo queda lejos del Proyecto Gol.»
Esos sacrificios no se han acabado y aún no lo harán por que Josué está decidido de lo que quiere. Está dispuesto a lo que sea. Sin importar que no pueda vivir una clásica vida adolescente, él ha decidido poner el deporte como su prioridad.
Aunque no todo ha sido dolor para este jugador, una de las mejores experiencias que ha vivido fue el pasado mes de julio, cuando debutó con la UCR en el torneo de invierno de nuestro país. Tuvo la oportunidad de enfrentarse al Deportivo Saprissa. Lo destaca como una experiencia inexplicable, un sentimiento muy grande; el inicio de su carrera profesional.
Actualmente el atacante continúa defendiendo la escuadra académica y más presente que nunca en la selección nacional, con la cual sueña ir al mundial juvenil que se realizará este año en la India. Este boleto lo juegan en las eliminatorias que se disputarán en mayo en Panamá.
«Mae la verdad lo más difícil ha sido estar lejos de mi familia. Mi mamá siempre me inculcó las cosas de Dios para que me fuera bien en la vida. Gracias a Él, a mi familia, mi representante y demás personas que me han apoyado»
Sin duda alguna ha tenido que pagar un precio alto por sus sueños, algo que no cualquiera se animaría a hacer. Dejar todo a un lado por correr detrás de ese esférico que tantas alegrías le da y tantas oportunidades le brinda en su caminar. Es el vivo ejemplo de que el talento sin disciplina fracasa, de que algunas veces dependes de la habilidad, pero lo único que nos mantendrá en la vereda y lo único que nos hará triunfar será el trabajo. El empeño que estés dispuesto a poner, sin importar los riesgos o abnegaciones, los sueños realmente valen la pena.
“Sueño con jugar algún día en el Real Madrid”
Para este joven, quien hace poco cumplió los 17 años, no existen los imposibles y por eso pone su mira en el futuro que tiene a sus pies. Llenando de orgullo a esa familia que ha estado pendiente de él a cada instante.
Sin duda alguna Josue apenas ha iniciado a escribir su historia.
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